Seleccionar
herramientas TICs para una actividad/cátedra requiere de revisiones de orden
técnico, didáctico y motivacional (¿comunicacional?). A este punto último le cabe algunas
reflexiones que nuestra experiencia propone como campo de aprendizajes, para
los docentes y alumnos.
Algunos piensan que
incorporar las TICs en el aula tienen una implicancia anímica directa, pero
también hay experiencias que demuestran lo contrario ¿qué hace atractivo el uso
de la TIC en un adolescente? ¿qué barreras pueden implicar para el aprendizaje?
A la primer pregunta
podemos responder que si el joven domina la herramienta propuesta enseguida
deriva el interés a su uso con una velocidad de aplicación sin problemas ¿pero
el objetivo es precisamente es o aplicarlo a un aprendizaje de contenidos
determinado? ¿y las habilidades o competencias previas para ello?
Cuando el estudiante
interactúa con la herramienta si le es fácil o no, su foco es la herramienta y
por ende tratar de cumplir con las funciones que ella le provee: comunicar, compartir, almacenar,
etc. Sin embargo existe una relación con el contenido que se aprende que
responde a criterios distintos de las TICs, plantea el uso de otras habilidades
cognitivas.
Entonces el estudiante
se sumerge en el trabajo de aplicarla, pero luego puede ir perdiendo el interés al descubrir
que lo importante para el profesor no es ella sino el contenido-aprendizaje lo
que compite con la posibilidad que las TICs abren, explorar; bucear; compartir socialmente, etc. Este aparente desvío
de los intereses y consecuente desmotivación ¿tiene origen en el conocimiento
del FOCO de atención que provee esta herramienta?, o en todo caso, ¿la TIC nos asegura el
Aprendizaje-Contenido y por ende la aprobación, por su sola aplicación?
Tal vez debemos mirar
esos obstáculos para el proceso de Aprendizaje-Contenidos-TICs que generan la
pérdida de ritmo/estudio y logros, en cuestiones previas y externas al recurso
tecnológico; pues lo que motivaba en su momento luego se puede transformar para
nosotros los docentes, en barrera de aprendizaje. ¿Qué estructura una respuesta
motivada en el aprendizaje en esta tríada de TICs –Contenidos y Logros de
aprendizaje?
Cuando les proponemos
actividades donde difunden conocimientos (armar un PowerPoint, Prezi o un video)
necesitamos ver que el proceso educativo no conviene que se apoye sólo en la
Transmisión de Información, pues el
logro estará en relación con nuestra intención didáctica. Tal vez es necesario
un planteo mas complejo (pero alcanzable), que aplique otras habilidades (individual o
colectivamente). A esto hemos de agregarle otro factor (desde la didáctica, no
sólo desde las TICs) que está vinculado a aquellas habilidades (o competencias)
previas que requiere la actividad educativa desarrollada por nosotros.
Sin estos dos puntos
de vista que se complementan, es posible que encontremos barreras que están en el
estudiante y no en la TIC. Para enfrentar esto, tal vez los docentes necesitamos
profundizar el proceso reflexivo-pedagógico disparará un cierto abanico de
actividades motivacionales con Aprendizaje – Contenido posible y hasta continuo.
Por lo que en esta revisión de estrategias didácticas y aplicaciones al grupo
aula podemos:
- Identificar que habilidades se quieren desarrollar, en relación con
las que ellos poseen (¿las conocemos?
- Seleccionar las TICs que
sean atractivas para el
aprendizaje y que permitan la interacción con ellas, los estudiantes deben
reconocer que tienen las capacidades para superar desafíos. (¿se las
presentamos para motivarlos?)
- Trabajar las habilidades previas
requeridas, las
necesarias, antes del uso de las TICs: por ejemplo hacer un power point y
mostrarlo requiere de habilidades lingüísticas y corporales, entonces nos
conviene revisarlas y desarrollaras con anticipación. (¿si no tenemos
tiempo, solemos verificarlas con colegas de otras asignaturas?).
Pero un aspecto no
menos importante está en relación con los contenidos, pues pueden implicar la
revisión de nuestras estrategias didácticas, para el proceso de enseñanza-
aprendizaje y su posterior evaluación, no sea que la propuesta nuestra termine
generando atractivos tecnológicos y pocos aprendizajes significativos para
estudiantes, y docentes.
Es central y
gravitante en la educación, proponernos otros niveles de planteos que nos
orienten en la postura que estamos asumiendo en el aula al incorporar las TICs,
pero que con ellas o sin ellas, conviene que sean motivantes y generen
aprendizajes. Tal vez revisando conceptos de educación y persona entendamos que
hay cuestiones que las tecnologías disparan, las didácticas ayudan, pero no son
suficientes. En general el aprendizaje exige que el estudiante sea actor del
proceso, pero no cualquier actor; sino el central, o como expresa Santo Tomás
de Aquino en El magistro que: “el
principio externo, es decir el arte (el
docente), no obra como un agente principal, sino como coadyuvante del
agente principal (estudiante)”. O
lo que es lo mismo: “toda enseñanza y
todo aprendizaje se hace partiendo de conocimiento preexistente”. El
aquinate presenta en su pensamiento algunas claves que son actuales y nos
separan radicalmente del conductismo educativo, de los proceso tan cerrados que
sólo medimos respuestas preestablecidas y que no provocan tensiones, mas que
memorísticas. En referencia al modo y los instrumentos el docente ha de:
·
Proponer ayudas
o instrumentos que le permitan al estudiante adquirir conocimientos.
·
Fortalecer
la inteligencia del aprendiz al hacerle ver (que él vea no nosotros) los
principios y conclusiones de lo que se enseña.
Tal vez es hora, de
revisar nuestros conceptos de educación que se aplican en el aula, los
criterios didácticos que aplicamos para aprendizajes significativos, desafiante
para todos, de modo que cada vez que el alumno se acerque al proceso vea en él
que partimos de sus habilidades y conocimientos (reconocidas por el profesor) y
que es dueño del proceso, que es el actor central de una educación en la que nosotros
creamos contextos desafiantes de
aprendizaje.